Aceptar la validez de su trauma

En un mundo donde las comparaciones suelen reinar, es fácil restarle importancia a nuestras propias experiencias. Escuchamos frases como "a otros les va peor" o "al menos no fue tan malo", lo que nos lleva a minimizar nuestros sentimientos. Pero tomémonos un momento para reconocer una verdad poderosa: tu trauma es válido, sin importar las circunstancias que lo rodeen.

No importa si alguien que enfrentó una situación similar parece no verse afectado. No importa si crees que el dolor podría haberse evitado o si el incidente ocurrió hace mucho tiempo. Incluso si sientes que nadie más entiende lo que viviste, tu trauma sigue siendo real y merece atención. Tienes todo el derecho a crear un espacio seguro para hablar de tu dolor y tus experiencias.

Intentar desentrañar el trauma no es señal de desesperación, debilidad ni una súplica de atención. Es, de hecho, un acto de profundo autocuidado. Reconocer y abordar el dolor es un paso increíblemente valiente hacia la sanación. Se necesita valentía para afrontar nuestras dificultades, sin importar su magnitud.

Tu dolor importa. Tus experiencias importan. Y, lo más importante, tu sanación importa. Nadie puede restarle importancia a lo que has vivido ni al camino que estás recorriendo. Así que acepta tu historia, honra tus sentimientos y permítete la gracia de sanar. No estás solo/a, y tu camino es válido.