
No somos amigos 🙅🏾♀️
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Encontrar claridad en la tragedia: un viaje de dejar ir
Mientras reflexiono sobre los recientes acontecimientos de mi vida, me encuentro lidiando con una mezcla de emociones: tristeza, decepción, pero también una inesperada sensación de claridad. La tragedia que viví ha sido un punto de inflexión, impulsándome a reevaluar las relaciones que aprecio. Es en estos momentos difíciles que Dios ha revelado la verdadera naturaleza de quienes me rodean, mostrándome quiénes pertenecen a mi vida y quiénes no.
Mi camino hasta ahora no ha sido nada fácil. Ha estado lleno de desafíos que han puesto a prueba mi resiliencia. Cada vez que creía haber encontrado un amigo, la realidad me demostraba lo contrario. Siempre me he enorgullecido de ser esa persona cariñosa, la que apoya a los demás en momentos difíciles. Sé lo que es llevar cargas pesadas, y siempre he albergado la esperanza de que, cuando me toque apoyar a alguien, esa persona corresponda a esa bondad.
Pero una y otra vez, me he encontrado con decepciones. En este último capítulo de mi vida, cuando más necesitaba apoyo, las mismas personas a las que esperaba recurrir me dieron la espalda. En lugar de interesarse por mi bienestar, buscaron favores, centrados únicamente en sus propias necesidades. Es como si mis luchas hubieran quedado relegadas a un segundo plano, eclipsadas por su egoísmo.
Solo puedo imaginar las preguntas que tendrán al notar mi silencio. Quizás se pregunten por qué no he respondido a sus mensajes, por qué he dejado de interactuar con ellos. La verdad es que estoy eliminando lo que no pertenece a mi vida. Si me has demostrado que no puedes brindarme ni un ápice de apoyo en mis momentos más difíciles, si no puedes escucharme ni consolarme, entonces ya no tengo espacio para ti en mi vida.
Sentado aquí, me doy cuenta de que mi círculo se ha reducido, pero está más claro que nunca a quién le importa de verdad. Quienes conocen mi historia comprenden el peso de lo que he estado cargando. Reconocen que esta última tragedia podría haberme destrozado de maneras que ni siquiera puedo expresar. Y, aun así, han dado un paso al frente, ofreciendo su tiempo, su atención y su empatía.
Así que, déjame ser muy claro: si sabes por lo que estoy pasando y has decidido no acercarte de ninguna manera significativa, entonces es hora de que redefina nuestra relación. No seguiré permitiendo que entren en mi vida personas que no puedan demostrar una verdadera amistad cuando más importa.
A medida que navego este camino, he aprendido a valorar a los pocos que realmente me apoyan. Estas relaciones son las que nutriré, las que me recuerdan la belleza de la conexión. Puede que esté dejando ir a muchos, pero también estoy haciendo espacio para quienes realmente se preocupan. Y por eso, estoy agradecido.