
Mi viaje de las dificultades a la esperanza
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Hubo una vez en que crecí en lo que parecía un hogar perfecto. Pero por dentro, las cosas no iban tan bien. Mis padres me decían: «Haz lo que yo digo, no lo que hago». Sentía que vivía en un mundo estricto donde no podía ser yo mismo.
Cuando fui a la universidad, mi vida cambió. Mi mamá decidió que ya no quería estar con mi papá, y tuve que dejar la escuela antes de tiempo porque no teníamos suficiente dinero. Este fue solo el comienzo de muchos momentos difíciles. El más difícil de todos fue cuando perdí a un bebé, y caí en una profunda tristeza. Pero durante esa tristeza, encontré esperanza al tener dos hermosos hijos.
Era madre soltera con un hijo de dos años y un recién nacido. El dinero escaseaba y su padre no me ayudaba lo suficiente. Tuve que trabajar en empleos mal pagados y usar la asistencia social para sobrevivir. Vi lo diferente que era la vida para quienes tenían dinero y quienes no. Quería una vida mejor para mis hijos, como la que tuve de niña.
Así que decidí cambiar de vida. Tomé clases en línea y aprendí nuevas habilidades. Encontré trabajo a través de una agencia de empleo temporal y trabajé muy duro. Pronto, me convertí en empleado fijo porque quería crear un futuro mejor para mi familia.
Seguí aprendiendo y asistiendo a capacitaciones. También me matriculé en la universidad para obtener mi título. Aproveché todo lo aprendido para mejorar en mi trabajo. Poco a poco, fui ascendiendo profesionalmente. Pasé de ser dirigida a dirigir a otros. Recé por la vida que tengo ahora y estoy muy agradecida.
Hoy, trabajo a nivel ejecutivo y dirijo mi propio negocio. Recuerdo las dificultades que enfrenté, como quedarme sin hogar y dormir en los sofás de mis amigos o incluso en mi coche con mis pequeños. Mis hijos son mis héroes, y los llamo mis "soldados de asalto" porque estuvieron a mi lado en los momentos difíciles.
Ahora quiero ayudar a otros a creer en sí mismos y a perseguir sus sueños. Quiero que todos sepan que es posible pasar de no tener nada a vivir una vida estable y feliz. ¡Si yo pude, tú también!